El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, responde en esta entrevista del diario Público a las manifestaciones xenófobas y de incitación al odio de Vox, tras la llegada de 200 migrantes subsaharianos procedentes de Canarias al Centro de Acogida y Protección Internacional del antiguo albergue «El Prado».
PATRICIA MACÍAS
El presidente de Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, participó el pasado sábado en un acto del PSOE en la ciudad extremeña de Mérida, junto a otros líderes regionales. Durante su intervención en el acto, el alcalde socialista de la ciudad, Antonio Rodríguez Osuna, ofreció a Sánchez su apoyo en cuestión migratoria para la acogida de las personas migrantes que han llegado en las últimas semanas a las islas Canarias.
Este ofrecimiento generó una ola de mensajes de odio en redes sociales, así como la petición de reprobación del alcalde por parte del partido de extrema derecha Vox, que gobierna en Extremadura en coalición con el Partido Popular desde el pasado mes de julio.
Rodríguez Osuna responde a las preguntas de Público sobre lo sucedido tras su ofrecimiento, convencido de que esta es «una cuestión de solidaridad peninsular con las islas» que la sociedad extremeña apoya mayoritariamente y que el odio generado por unos pocos no lo va a poner en duda.
No es la primera vez que la ciudad de Mérida se ofrece como ciudad de acogida para aliviar la presión migratoria que sufren otras regiones españolas. Ya sucedió en 2018. Con esta experiencia previa, ¿qué supone realmente para la ciudad acoger a 200 personas migrantes?
Supone prácticamente nada. Mérida es una ciudad de 60.000 habitantes que en los últimos años ha crecido económicamente, con turismo en aumento, bajada en desempleo y mejoras de infraestructuras de todo tipo. Y todo teniendo en nuestra ciudad a personas migrantes de diferente nacionalidad que llegaron de manera temporal, se quedaron y ahora están participando de la sociedad civil emeritense.
Si ha supuesto algo, ha sido el enriquecimiento cultural y social de la ciudad. No es nada nuevo para nosotros. De hecho, en el programa electoral, en todas las elecciones hemos llevado siempre un capítulo y un programa concreto de políticas de migración.
Hay un dato muy importante. Extremadura tiene la tasa más baja de migrantes del Estado español, un 3,1%, mientras que la del Estado es un 12%. Por tanto, en ese momento el ofrecimiento que hice yo al Gobierno de España para que vinieran de manera inmediata personas migrantes es una cuestión de solidaridad de la península con las islas Canarias, frente a los fuertes picos migratorios que vemos están recibiendo, para distribuir esa acogida entre todos. Por eso ofrecimos Mérida y su instalación, que además es una instalación destinada a ese uso.
¿Con qué herramientas cuenta la ciudad para garantizar la acogida efectiva de personas migrantes?
El Centro de Acogida y Protección Internacional (CAPI) del Polígono El Prado, el famoso albergue que está siendo hoy motivo de crítica, ya ha sido utilizado. El Prado ya es ahora mismo un CAPI en funcionamiento, propiedad del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Un centro financiado con fondos europeos Next Generation con una inversión de 14 millones de euros y que va a dar empleo a 75 personas.
Además de un centro de acogida, es un centro de creación de empleo, de creación de riqueza para la ciudad. Porque evidentemente todas las personas migrantes que sean acogidas en nuestra ciudad van a aportar valor en sí mismas.
Además, en el Ayuntamiento contamos con una delegación de Cooperación y Migraciones. Y lo que hace esta delegación es cumplir con la ley y con el artículo 13.2 punto de la Constitución Española, con la Comisión de Ginebra y el Estatuto de los Refugiados. Mérida ha sido una de las ciudades de España, que siempre ha tenido claro que la acogida de migrantes era un factor que iba a beneficiar no solamente a la ciudad, sino también al conjunto de la sociedad.
En un contexto nacional y también europeo, en el que los discursos de odio y las políticas excluyentes parecen ir en aumento, ¿por qué considera que es importante continuar hablando en términos de solidaridad y acogida desde puestos de responsabilidad como el suyo?
«Los delitos que está sufriendo la sociedad vienen provocados por los discursos que normalizan la violencia»
Precisamente por eso, para romper esos discursos de odio. Debemos dar la cara y hacerlo claramente, con transparencia y con convicción. Hay que explicarlo, hay que hacer mucha pedagogía política y hay que romper esos discursos con datos, pruebas y con argumentos, y yo los he dado. Mérida sigue creciendo y llevamos acogiendo migrantes desde el año 2015. Por lo tanto, no se puede vincular migración a factores que no corresponden con la realidad y ese es el objetivo del discurso. Y en eso tenemos que estar todos los gobernantes.
La ciudad tiene un censo que supera los mil migrantes de distintas nacionalidades y desde que estamos en el Ayuntamiento no ha habido absolutamente ningún problema relacionado con la migración, ninguno, cero. Yo diría que los delitos o las agresiones que está sufriendo la sociedad vienen provocados precisamente por los discursos que normalizan la violencia y no por otros factores.
La consejera portavoz de la Junta de Extremadura expresó que la iniciativa de acogida ha sido acordada directamente desde el Ejecutivo regional con el Gobierno central. ¿Conocía este acuerdo cuando hizo el ofrecimiento público al presidente Sánchez?
No era consciente de ese acuerdo. Sí era consciente de que había una necesidad. La instalación (El Prado) se hizo precisamente para eso y había mantenido ya conversaciones con la Secretaría de Estado de Migraciones. Lo que hice en esa intervención fue visibilizar la necesidad y la importancia de que las ciudades acogieran migrantes.
Claro, la Junta de Extremadura, como Administración, por supuesto está colaborando con el Ministerio, como no podía ser de otra manera, en las necesidades que tienen en ese centro, desde atención sociosanitaria al resto de aspectos de los que tiene competencia la Junta de Extremadura.
¿Cómo explica entonces que siendo parte del mismo Gobierno regional Vox le acuse por este ofrecimiento de poner en riesgo la seguridad de la ciudad y pida su reprobación como alcalde? ¿Qué opinión le merecen estas discrepancias dentro del Gobierno regional?
«Lo que quiere Vox es ensuciar el discurso y llenarlo de odio, no hacer políticas»
Lo que hace Vox es reprobarse a sí mismo, porque decir que está en contra de una cosa y, sin embargo, desde el mismo Gobierno apoyarla con recursos y con dinero, es una incongruencia. Lo que quiere Vox es ensuciar el discurso y llenarlo de odio, no hacer políticas. Dicen la mayor barbaridad del mundo para ocupar una noticia, pero la sociedad civil no está en eso.
Al contrario, me dicen: ¿qué necesitas? Me han llamado organizaciones que quieren colaborar: Cáritas, los obispos en Canarias… Uno se plantea: claro, a estos los excomulgarán, ¿no? Si las instituciones religiosas están pidiendo que la sociedad sea solidaria y ellos están en contra, pues es que están solos, solos. Ni la Iglesia católica, ni las oenegés, ni la sociedad civil, ni la mayoría de la sociedad emeritense o extremeña está con ellos.
Tras el mitin recibió muchos mensajes de odio en redes sociales, algunos de ellos virales. ¿Cómo ha vivido esto? ¿Se corresponde con su experiencia en la calle?
De los 500 o 600 mensajes que recibo, dos son de Mérida. Lo que quieren es generar mucho odio en redes sociales, que parezca que son miles de personas, pero la realidad es muy diferente. Estos días, en mi caso, voy por la calle y no dejan de llamarme personas para ofrecerse como voluntarios, para ofrecer su solidaridad o queriendo aportar económicamente. No he tenido ni un reproche en la calle.
Algunos de esos mensajes de odio en redes decían que metiera usted a las personas migrantes «en su casa».
Ellos tienen un sentido patrimonial del país, pero es que están en mi casa. Mérida es mi casa y encima soy su alcalde. Llevaba un capítulo entero sobre migración en el programa electoral y un 50% de la población me votó. Estoy gobernando con mayoría absoluta. Tengo 14 concejales de 25; en proporción del rosco de la casa, tengo la mitad de la casa. Ellos son dos concejales y están mal avenidos, una parte minúscula de la casa.
Además, ante todo esto, yo pienso que la sociedad extremeña es muy madura. Es una sociedad migrante, nosotros nos hemos ido, hemos sufrido la migración por distintas cuestiones a lo largo de la historia y hemos sufrido los mismos problemas que sufren los migrantes a lo largo de la historia y, por tanto, la sociedad extremeña es mucho más madura que los discursos que hace esta formación de ultraderecha.
Yo creo que la sociedad extremeña siente empatía. El odio que se ve en una red social no tiene nada que ver con la realidad de la sociedad extremeña o de la sociedad española, y eso es una garantía.
En el mitin del pasado sábado nombraba a Mérida como capital de los valores más que una capital autonómica. ¿A qué se refiere con esto?
Nos referimos a que Mérida no quiere ser sólo capital autonómica, queremos ser capital de los valores sociales. Una ciudad no solamente gobernada por el Partido Socialista, sino una ciudad internacionalista, de respeto a todos los derechos, al conjunto de derechos. Estamos a la vanguardia en la defensa de los derechos LGTBIQ o en los derechos y protección de las víctimas de la violencia de género y presumimos de ello. Todas nuestras políticas son transversales y trabajamos en la corrección de las desigualdades. Eso es Mérida capital de valores.